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Reconocidos expertos nacionales e internacionales presentaron sus avances en investigación sobre obesidad, genómica, microbiota intestinal y nutrición, ante 600 asistentes y seguidores vía Internet, en un coloquio sobre dichos temas, organizado por la Facultad de Química (FQ) de la UNAM y el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN).

El Coloquio Obesidad y metabolismo: genómica, dieta y microbiota intestinal, transmitido en diversos auditorios de la FQ, fue inaugurado por el director de esta entidad universitaria, Jorge Manuel Vázquez Ramos, acompañado por el director general del INMEGEN, Xavier Soberón Mainero; por el secretario académico de Investigación y Posgrado de la Facultad, Felipe Cruz García, y por el académico de esta misma Institución, Samuel Canizales Quinteros.

En este Coloquio, cuyo propósito es difundir la evidencia en torno a Biología de la obesidad, “confluye el interés de la UNAM y el INMEGEN en la formación de profesionales de excelencia que contribuyen al desarrollo de estrategias preventivas y terapéuticas, para la disminución de este grave problema de salud pública”, señaló Jorge Vázquez al inaugurar el encuentro.

Es resultado de la colaboración entre ambas instituciones, la cual se concretó en 2013 con la creación de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicada a la Salud. “La ciencia es cada vez más complicada y hoy sabemos que la genómica se relaciona con muchos aspectos de la vida cotidiana y que la diabetes demanda una investigación más integral”, expresó el Director.

 

Por su parte, Xavier Soberón reconoció la importancia de reunir un notable grupo de investigadores para abordar, mediante enfoques multidisciplinarios, la participación de factores ambientales y genéticos en el desarrollo de la obesidad y sus complicaciones metabólicas.

Por ello, el Coloquio cuenta en su contenido con temas como la farmacogenómica y la diabetes, las diferencias sexuales y su relevancia en el correcto funcionamiento bioquímico del cuerpo humano, el impacto de la diversidad genética de la población mexicana en la susceptibilidad de padecer estos padecimientos, por mencionar algunos ejemplos.

Además de integrar las ponencias de investigadores de la FQ y el INMEGEN, el programa incluye, los días 26 y 27 de febrero, las presentaciones de investigadores del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, del Instituto de Biotecnología de la UNAM y de la Universidad de California, Los Ángeles.

De la información obtenida en el encuentro, se espera que los asistentes obtengan una visión general del panorama en la investigación en esta área y de las herramientas para abordar un tema de alta complejidad por la abundancia de variables que la conforman. Asimismo, se busca que la audiencia comprenda las causas y la relevancia de la intervención en este problema de salud pública, así como los avances en materia científica, para que la mejora en la salud de la población sea un trabajo conjunto entre las instituciones y la sociedad misma.

El coloquio incluye 14 conferencias, la mitad de ellas se llevaron a cabo este martes 26 en la FQ. Las actividades del encuentro continuarán este miércoles 27 en el auditorio principal del INMEGEN.

Conferencias

Sofía Morán Ramos, de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicadas a la Salud, dictó la primer conferencia del encuentro, con el tema Factores nutrimentales asociados con la microbiota intestinal. Durante su charla, la especialista señaló que México tiene una de las mayores prevalencias de obesidad. Más del 30 por ciento de la población es obesa. En la población infantil uno de cada tres niños sufre sobrepeso u obesidad.

Por ello, la investigadora y su grupo de trabajo realizaron un estudio con niños mexicanos obesos. Sus hallazgos revelan que en el contexto de una dieta prudente con mayor consumo de fibra insoluble, puede generar una mayor diversidad de la microbiota. Ello, apuntó, abre una nueva perspectiva sobre cómo utilizar la microbiota para decidir quién se beneficiará más de una intervención dietaria.

Para continuar, tomó la palabra Maricela Cruz Rodríguez, del Centro Médico Nacional Siglo XXI, quien dictó la conferencia Obesidad en la lactancia: compuestos bioactivos y ácidos grasos en la leche materna, en la que explicó que existe una tendencia de sobrepeso y obesidad en mujeres de entre 20 y 49 años, es decir, en edad reproductiva. Asimismo, mencionó que la leche materna es la forma idónea de aportar nutrimentos a un bebé desde su nacimiento y hasta los seis meses, pues brinda muchos beneficios tanto para el lactante como para la madre debido a los componentes de la leche.

Agregó que cuando las madres tienen sobrepeso las hormonas están alteradas, lo que proporciona una leche obesogénica, que resulta en un mayor crecimiento y anormalidades en la composición corporal del infante, como riesgo a desarrollar sobrepeso u obesidad en la vida adulta. Para concluir, dijo que no pretende dar el mensaje de que las mujeres obesas no deben amamantar, sino todo lo contrario; no obstante, deben tenerse en cuenta algunas consideraciones como: embarazo planeado y disminución de peso antes de éste, controlar la ingesta energética, y controlar el incremento excesivo de peso en la gestación.

 

Asimismo, Adrián Ochoa Leyva, del Instituto de Biología de la UNAM, al dictar la conferencia Participación del viroma y la microbiota intestinal en la obesidad, indicó que en la microbiota humana, además de las bacterias hay virus e incluso hongos, aunque en menor proporción que las primeras, por lo cual es importante conocer el comportamiento de los fagos o bacteriofagos (virus) en ella.

 

Tras apuntar que en México alrededor del 30 por ciento de los niños tiene problemas de obesidad, la cual normalmente se asocia con síndromes metabólicos como la hipertensión o la hiperglucemia, habló sobre un estudio que realizó en infantes, en el cual se ha encontrado que hay algunos fagos asociados con obesidad o también, probablemente, con la resistencia a antibióticos.

En el caso de las bacterias, añadió que se ha visto una clara alteración de ellas en la microbiota de los niños con obesidad; además, se advierte un aumento de la diversidad y riqueza del fagoma (población de fagos) y de la micobiota en presencia de obesidad.

En tanto, Adriana Huertas Vázquez, de la Universidad de California, habló sobre Systems genetics approaches to understand complex traits. La genética de sistemas, dijo, es una estrategia útil para la identificación de nuevos genes y vías metabólicas asociadas con enfermedades comunes.

La integración de multi-ómica generada en modelos animales y humanos, agregó, proporciona información sobre cuáles podrían ser los genes y vías de mayor relevancia en la manifestación y desarrollo de la enfermedad. Asimismo, comentó que al utilizar la genética de sistemas se identificaron nuevos genes asociados con esteatosis y esteatohepatitis no alcohólica (NASH).

Por su parte, Lorena Orozco Orozco, del INMEGEN, ofreció la conferencia Impacto en la diversidad genética de la población mexicana en la susceptibilidad a padecer enfermedades metabólicas, en la que habló sobre la prevalencia de la obesidad en grupos étnicos de México; sobre los factores de riesgo modificables, como el estilo de vida, y no modificables, como la genética; el impacto de la genómica, y sobre los genes asociados en la población mexicana.

Mencionó que existe una tendencia emergente al incremento de las enfermedades metabólicas en la población del país, principalmente en la comunidad indígena. De igual forma, dijo que los factores genéticos asociados a la susceptibilidad a padecer enfermedades metabólicas en los habitantes mexicanos dependen del origen étnico. Agregó que aún existen formas con herencia mendeliana y mitocondrial no identificadas, entre pacientes diagnosticados con DT2 de origen multifactorial.

Más adelante, Samuel Canizales, responsable de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicadas a la Salud, al abordar el tema de Avances en el estudio genómico de la obesidad y su potencial aplicación en la medicina personalizada, dijo que “estudiar la población mexicana y latina sigue siendo un gran reto para la genómica, pues se han estudiado más las poblaciones de origen europeo”.

En ese sentido, indicó que la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicadas a la Salud fue creada para caracterizar a la población mexicana e indígena, y que en ella se han logrado avances en cuestiones morfológicas con genes específicos y sus mutaciones.

Además, recordó que el estudio Historia demográfica de las poblaciones de México, ha sido la investigación más importante de esta instancia compartida por la FQ y el INMEGEN. En este trabajo, expuso, se buscó secuenciar 12 genomas de seis etnias distintas de México, para tratar de entender la prevalencia de algunas enfermedades en la población nacional, como la obesidad.

Al respecto, Canizales precisó que, en efecto, se encontró que había variantes físicas muy presentes en ciertas poblaciones, algunas de las cuales podrían provocar mutaciones que tendrían que ver con la presencia de patologías relacionadas con la obesidad. “Hace tres años, por ejemplo, se ubicó que los principales genes asociados con la obesidad están en el sistema nervioso central y son los relacionados con la sensación de saciedad”.

La genómica, expresó tambien el especialista, ha tenido impacto para entender la fisiopatología de la enfermedad de obesidad, “pero aún falta trabajar para llegar a la parte clínica”. También señaló que se debe avanzar en el papel de la microbiota intestinal en la respuesta a la insulina, por ejemplo, o bien en la sensación de saciedad, pues “es probable que la microbiota intestinal podría ser un regulador importante en la mejoría metabólica”.

Por último, Aldons Jake Lusis, de la Universidad de California, impartió la conferencia The gut microbiome and cardiovascular/metabolomic disease syndrome. El investigador habló sobre el metabolito trimetilamina que se oxida en el hígado y confiere riesgo cardiovascular. Al realizar estudios en ratones mostró que si se inhiben las enzimas que tiene la microbiota, como sería una enzima de convertir colina en trimetilamina, ya no se tiene el sustrato para que se metabolice en el órgano y el ratón disminuye el daño a la arteria.

Jake Lusis dijo que existen bacterias como roseburia, que parecen ser preventivas y producen metabolitos (butirato), relacionados con menor riesgo cardiovascular. Las bacterias y los metabolitos que producen parecen ser clave en reducir o aumentar el riesgo cardiovascular.

 Fuente

José Martín Juárez Sánchez

Yazmín Ramírez Venancio

Khalid Hernández Páez

 (UNAM)

Coloquio

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